Emilia Arias Domínguez es periodista, escritora, feminista, madre y una mujer comprometida con la justicia social. Cuenta que se siente fruto de la migración y confiesa que “siempre le ha movido” este tema, con el que sigue vinculada a través de voluntariados que le permiten acompañar y apoyar a quienes abandonan su tierra para buscar una vida mejor. Así que entre las inquietudes por explicar el mundo a su hija e hijo desde la empatía, la migración ocupa un lugar especial.
“La barca de Hanielle” es el resultado de esa inquietud. Un álbum ilustrado hermoso, inspirador y directo que nos lleva a conocer qué siente una niña al emprender junto a su madre el viaje de huida a otro país. Un viaje por mar. Un viaje en cayuco. Un viaje que observamos anestesiados a través de los medios de comunicación.
“No se nos puede olvidar que esas personas que montan en una barca tienen una familia, alguien que espera su llamada, una familia con sueños, ilusiones y recuerdos”, insiste Arias. Personas cuyas preocupaciones no acaban cuando superan el viaje. Personas que quizá nunca imaginaron estar en esa situación. Personas de carne y hueso como nosotras, que quizá tampoco imaginamos estar alguna vez en esa situación.
La editorial A fin de Cuentos no paró hasta encontrar la forma de narrar visualmente esta historia de riesgos, miedos, esperanzas y amor protagonizada por la niña Hanielle. La ilustradora Cintia Martín resolvió artísticamente a través del color y de un atractivo artefacto esa misión. “La mirada a través de la lupa nos ayuda a buscar otras realidades, como si fuera un juego que nos invita a investigar”, adelanta Arias, quien muestra a partir de ahí las posibilidades de generar un espacio para el diálogo.
La autora destinará íntegramente sus derechos de “La Barca de Hanielle” a ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados. Hablamos con Beatriz Revilla, responsable de Participación Solidaria en el Comité Español de ACNUR, quien en el marco de la conmemoración del Día Mundial de los Refugiados, el 20 de junio, nos cuenta que el 42% de las 82,4 millones de personas refugiadas y desplazadas internas en el mundo son niños y niñas.
A los más pequeños y jóvenes se dirige también la acción de ACNUR, quien este mes está celebrando junto a más de 250 colegios su Loco Festival, “un proyecto educativo para concienciar al alumnado sobre la situación de las personas refugiadas y la importancia de implicarse activamente en la defensa de los Derechos Humanos”. El plaza para inscribirse a la próxima edición está a punto de iniciar.